El día 4 de agosto del 2011, finalizaba una jornada de multitudinarias marchas y manifestaciones en las calles de Chile. Pancartas, banderas y carteles así como los cantos de estudiantes, trabajadores y profesionales despertaban la mente y el corazón de algún desavisado ciudadano chileno que cumplía con la misma rutina de todos los días. “Fin del lucro con la educación”, “Estatización de la educación”, “Nacionalización del cobre” eran las consignas que ponían nervioso al gobierno pinochetista de Piñera. Utilizando un modelo de operativo policial creado durante el gobierno de Pinochet, se reprimió al pueblo chileno terminando la jornada con un saldo de 874 detenidos.
¿Cómo se llegó a ésta situación? Este conflicto ¿Está determinado por el puro presente, o por el contrario es la expresión de un conflicto nacional irresuelto? ¿Cuánto tiempo más se puede mantener sometido al pueblo chileno?
Las guerras de la independencia encuentran a O’Higgins aliado a San Martín en la organización militar contra los godos. O`Higgins formaba parte del sistema terrateniente liberal interesado en la relación con el Imperio Británico. De esto surge la explicación de su apoyo al movimiento de la independencia. Al sobrevenir la revolución los intereses terratenientes vinculados con el sistema exportador impuesto por los españoles y que subordinaba la venta del trigo chileno a los comerciantes del Perú rompen esa maquinaria declarando abiertos los puertos de Valdivia, Talcahuano, Valparaíso y Coquimbo al comercio libre con las naciones extranjeras. Pero los terratenientes fuera de tales exigencias carecían de fervor revolucionario. Será un hijo de la mejor sociedad santiaguina, José Miguel Carrera, brillante oficial en la guerra nacional española y representante de la burguesía minera industrial, quien encabezará la revolución en Chile. El conflicto se dio entre los mineros industriales y las clases latifundistas por el dominio del poder del Estado.
Un franciscano partidario de los Carrera, fray Antonio Orihuela plateaba la necesidad de repartir las tierras a los inquilinos o a los campesinos pobres para asestar un golpe definitivo a la espina dorsal latifundista y así crear las bases de una economía agraria burguesa como fundamento de la revolución. La lucha entre los Carrera y los O`Higgins se resolverá a favor de los segundos gracias al apoyo económico y militar británico. Trágicamente, para 1820 los ingleses controlan todo el comercio de exportación e importación chileno así como también la minería del país.
Unos diez años después, ambos partidos de la lucha por la independencia (carrerinos y o`higginistas) son desalojados del poder por anacrónicos y se apoderó del gobierno de Chile una sólida clase social que no ha soltado sino raramente el control del país desde esa época: una combinación de comerciantes y terratenientes conservadores desplegados en diversos partidos, pero unidos todos en la continuidad de un régimen estable. De origen católico o liberal, los componentes de esta oligarquía chilena serán históricamente reacios a la intervención del “demos” en la lucha por el poder y reprimirán ferozmente todo intento por parte del pueblo chileno de modificar el rumbo histórico de dicho país. Ésta es la filiación histórica de la coalición de partidos que hoy gobierna el país hermano de Chile.
El presidente Sebastian Piñera proviene de uno de los partidos que conforma dicha coalición llamado Unión Democrática Independiente. Para comprender sus posiciones actuales respecto al reclamo estudiantil es necesario remontarnos a su origen.
En el año 1967 se produce un levantamiento del movimiento estudiantil chileno reclamando por una Universidad más comprometida con la realidad de su pueblo. Este movimiento será conocido como “los reformistas”. Simultáneamente, un grupo de estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se organizará con el objetivo de rechazar estas propuestas. Entre estos estudiantes contrarreformitas se encontrara un tal Jaime Guzmán, que años después fundará el Partido Unión Democrática Independiente. Dicho partido tendrá gran desarrollo durante la dictadura cívico – militar pinochetista formando parte del apoyo civil a la misma.
La Unión Democrática Independiente contará en sus filas con hombres hoy pertenecientes al gobierno, como el recientemente depuesto Ministro de Educación Lavín, que al mismo tiempo que hace carrera política se transforma en empresario y entre sus negocios casualmente la educación no está ausente, ya que fue propietario de la Universidad de Desarrollo, una de las más caras de Chile.
El actual presidente Sebastian Piñera cuenta con un largo prontuario de relaciones y alianzas con bancos extranjeros. En los 70 conoció a Mr. Weslow, presidente del Southeast Bank of Miami, quien le propuso hacer una sociedad para introducir en Chile las todavía desconocidas tarjetas de crédito. Ayudado por su hermano, José Piñera, a la sazón Ministro de Trabajo de Pinochet, fundó Bancard una compañía financiera para llevar adelante dicho proyecto. Además, fue Gerente General del Banco de Talca y posteriormente Presidente del Banco Citicorp. También se vio beneficiado con las privatizaciones de las empresas del Estado, quedando en sus manos la propiedad de Lan Chile. La lista de negocios de este empresario – presidente se extiende llegando hasta supermercados y equipos de fútbol. Resulta fácil, luego de lo dicho, saber que intereses representa este señor. Cualquier similitud con Macri, Vila, etc. no es pura coincidencia.
La actualidad del sistema educativo chileno, no es otra cosa que el correlato de la situación del país en general. Chile es el país del mundo con mayor cantidad de tratados de libre comercio y además se encuentra entre los 15 países más desiguales a nivel global. Resulta ridículo que siendo el mayor productor de cobre del mundo este país se encuentre sometido a la pobreza. Los números de la minería son escandalosos, siendo más del 60% de las exportaciones, su explotación y comercialización se encuentran en manos de empresas extranjeras representando cuantiosos negocios para las mismas en detrimento del pueblo chileno que percibe sólo una “regalía voluntaria” del 4% (si, voluntaria).
El principal problema de la educación chilena es su carácter privado, esto implica que cualquier ciudadano para realizar sus estudios debe pagar un altísimo arancel. Se calcula que un estudiante promedio debe endeudarse en una cifra que oscila entre los 30.000 y 40.000 dólares, de este modo el promedio que paga mensualmente un estudiante es de 600 dólares. La consecuencia de esto es que miles y miles de chilenos quedan fuera del sistema educativo. Se estima que entre el 30 y el 50% de los estudiantes de bajos recursos fracasan en sus estudios por razones socio económicas. Este sistema educativo antidemocrático también se refleja en la ausencia de representantes estudiantiles en los gobiernos universitarios.
Frente a esto, el movimiento estudiantil chileno plantea la necesidad de democratizar las instituciones educativas a través de la participación estudiantil en el gobierno universitario y la presencia de centros de estudiantes en las universidades privadas. También reclaman la democratización del acceso a la educación superior a través de la estatización de la educación en Chile y la eliminación de los aranceles.
Para que esto se lleve a cabo exigen la nacionalización del cobre como la forma de generar los recursos necesarios para que el Estado garantice la educación pública, vale decir, torcer la manguera de la riqueza, que hoy apunta hacia fuera del país, para adentro.
Este conflicto profundo que data desde los años de la independencia, hoy se expresa entre un gobierno que representa a grupos locales asociados a la corporatocracia global y los estudiantes chilenos que cuentan con el 80% de apoyo popular.
Los golpes pueden haber mellado las cabezas estudiantiles, no así su rebeldía y la conmoción de sus pares argentinos. Esta conmoción está ligada a un pasado histórico de luchas compartidas y a la conciencia de un destino común.
En la Argentina la educación privada avanza. Sólo en los últimos diez años ha crecido en un 50%. Esto representa un doble negocio para estos grupos, en lo inmediato el lucro y en el largo plazo, el estratégico, la formación de dirigentes que responden a sus intereses. Medidas como el turno noche de cursado para que los estudiantes que trabajan no se vean obligados a optar por la educación privada, son un paso adelante. Sin embargo la solución de fondo para frenar este avance es que los argentinos le reclamemos a este gobierno, no pinochetista sino de origen popular, medidas profundas y de corte nacional que elimine o ponga límites a estas empresas.
A los compañeros chilenos les enviamos el siguiente mensaje desde la Universidad Nacional de Cuyo: compartimos sus dolores pero también su esperanza por lograr una Suramérica democráticamente unida, independiente cultural y económicamente, y solidaria entre pueblos y países.
AUN
Agrupación Universitaria Nacional